Si vas a pasar la Ofrenda de Flores estas Fiestas del Pilar o te vas a vestir de baturro/a en cualquier otro acto, presta atención porque esto te interesa. Junto a Julio Bellido, Chusa Ruiz, Pepe Chaín y Paco Fuster te damos algunos consejos para vestir de forma adecuada la indumentaria tradicional aragonesa.
Este tipo de vestimenta es la que lucía la población -para las labores, en su día a día o en las fiestas- en el periodo comprendido entre finales del siglo XVIII, a lo largo del XIX y hasta principios del XX. No es muy complicado vestir correctamente y los más próximo a como hacían en la época, te enseñamos paso a paso en este vídeo las prendas clave y cómo llevarlas:
Indumentaria tradicional aragonesa para el hombre
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- Lo básico en el traje es lo que va “pegado” al cuerpo, como la camisa, las medias y los calzoncillos. Con respecto a las medias, pueden ser de diversos colores y se sujetan normalmente con ligas o vetas.
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- El calzoncillo se coloca por debajo de la rodilla, nunca por encima ni tampoco debajo.
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- Encima del calzoncillo, va el pantalón o calzón, dejando asomar tímidamente el calzoncillo.
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- Una vez se ha terminado con la ropa interior, se coloca el calzado. Existen distintos tipos de zapatos, pero el más común es la alpargata.
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- Después el chaleco, encima de la camisa
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- Para unir las prendas anteriores, colocamos la faja. No son necesarios ni imperdibles ni agujas, sino que va ceñida al cuerpo, sin enseñar ningún fleco.
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- En la cabeza, el aragonés siempre llevaba un pañuelo, además de un tocado o sombrero, los hay de varias formas, en este caso lleva un sombrero de rodina.
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- A este traje le podemos añadir una chaqueta, más festiva. Otra opción es poner una blusa un poco más informal.
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- Para momentos de respeto, añadimos una capa -siempre con chaqueta debajo-.
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- Para el frío, también se puede incorporar una manta, tapabocas o bufanda.
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- En cuanto a los complementos no llevaban demasiados, únicamente los botones, que eran sus adornos más llamativos.
Indumentaria tradicional aragonesa para la mujer
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- Lo básico en el traje es lo que va “pegado” al cuerpo, como la camisa y las medias, las cuales pueden ser de diversos colores y se sujetan normalmente con ligas o vetas.
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- Hay que diferenciar entre vestimenta de diario y de labor. En este caso, lleva ropa de diario pero no de trabajo, ya que para estas faenas utilizaban prendas más usadas que se pudiesen romper y manchar.
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- En cuanto al calzado, encontramos diferentes tipos de zapatos, pero el más común es la alpargata. Al llevar vestimenta de diario, el más adecuado son las alpargatas.
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- Sobre la camisa, se puede lucir un justillo (sin mangas), jubón (con mangas) o chambra, dependiendo de la época. En este caso, en el vídeo lleva un justillo.
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- A continuación, va el coixinet, una especie de almohadilla para apoyar lo que va a la cintura: unas enaguas y un refajo.
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- Se añade también una faltriquera: una bolsa para guardar llaves o monedas.
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- Encima, en este caso lleva una saya de algodón. El refajo nunca se enseña por muy bonito que sea, únicamente a la hora de hacer labores para evitar manchas en las sayas.
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- Sobre los hombros (nunca por debajo de ellos) incorporamos un pañuelo, un mantón, un mantoncillo o bobiné, depende del momento. Se recomienda que no sea con escotes muy marcados, más bien cerrados al cuello y siempre cubriendo los hombros. En esta ocasión, ponemos un pañuelo de algodón.
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- También se puede añadir un delantal, que protege las sayas.
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- Con respecto al peinado, puede llevarse de diversas formas, aunque el más popular es el peinado de rosca, un moño a la altura de la nuca que podía ser de diferentes tamaños. Se recomienda evitar flequillos y cardados, así como peinarse el cabello hacia atrás. Otra opción es ponerse un pañuelo en la cabeza, pero teniendo en cuenta las otras prendas. Por ejemplo, no sería adecuado ponérselo si llevas también un mantón de Manila.
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- A la hora de resguardarse del frío, la mujer podía llevar gruesos mantones conocidos como tapafrios, de lana o mantas.
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- Especial atención merecen los complementos. Se pueden poner peinetas pequeñas para sujetar el pelo (algo útil) y alguna para adornar, si fuese necesario, en el centro del moño, nunca de lado. En cuanto al material, es más adecuado de carey o de asta, mejor que de plata o con grandes piedras.
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- Para este tipo de traje, los pendientes solían ser de oro bajo, latón o sobredorados -casi nunca de plata sin dorar- y con piedras de cristal blancas, rojas, verdes o moradas.
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- En el cuello añadían una pequeña cinta con una medalla o virgen, o algún collar de cuentas. Como son piezas de cierto valor que a veces podían ser heredadas, algunas mujeres las lucirían en ocasiones más especiales, en los momentos de labor, por comodidad, no las llevarían posiblemente.
- Para completar el traje, en el vídeo se puede ver la vestimenta con un mantoncillo y una chambra. Otras opciones pueden ser incorporar un pañuelo de algodón, un bobiné o, finalmente, con un mantón de Manila.
