Natural de Granada, crece en Almanjayar, un barrio humilde que le enseña todo lo que sabe.
El empieza desde una temprana edad a escribir sus propias canciones que son grabadas por él mismo de forma casera con una tarjeta de sonido integrada en su ordenador y un micro de los ¿chinos¿, estas canciones que relatan su propia vida pronto le hacen conocido en su tierra donde mucha gente se interesa por su particular manera de mezclar su estilo con producciones del hiphop y RnB americano que triunfaba por aquellos principios del 2000, llevando a Maka a los escenarios de forma underground.

Todo esto se iba truncar de mala manera ya que sus problemas con la justicia le harían cumplir una condena en prisión. Esto que a cualquiera le hubiese llevado a un declive personal, se convirtió en el motor de un nuevo Maka, encontrándose a él mismo ya más maduro, no dejó de escribir, mejoró su nivel de canto, grabó un LP, haciendo conciertos y obras de teatro para los internos de los diferentes módulos del penal de Albolote (Granada), y en general creó un nuevo artista y una nueva persona que estaba a punto de deslumbrar el panorama. Cómo no, el apoyo de su familia y amigos fue clave para sacar a Maka de este pozo y hacerle comprender que tenía que darle un cambio a su vida.